Santiago de Compostela, un pequeño pueblo de Galicia que lo invade la alegría y los edificios arquitectónicos. Cada rincón, cada calle esconde una historia que contar.
Pero, sin duda lo más increíble es la enorme catedral que tiene Santiago, donde pasaron miles de peregrinos.
La catedral de Santiago de Compostela es la obra más sobresaliente del arte románico en España y se erige como la meta final de todos los Caminos de Santiago que llevan hasta ella a miles peregrinos año tras año. Su piedra inaugural, a partir de la cual nació la urbe monumental de Santiago de Compostela, se forjó en un bosque sagrado del fin del mundo con vocación de Ciudad Santa y Patrimonio de la Humanidad. La Catedral se muestra como un complejo conjunto de espacios capaces de recompensar con su potente espiritualidad la fe de los caminantes y con su belleza a los visitantes del mundo. El Museo Catedral de Santiago permite al visitante profundizar su conocimiento en la historia y el arte de la Catedral, a través de sus diferentes espacios y las exposiciones temporales que organiza.
Además hay más sitios, a los que visitar:
Una zona muy visitada es el Monte de Gozo. Los peregrinos de carne y hueso contemplan, por primera vez, la ciudad de Santiago de Compostela y una gran emoción recorre sus cuerpos y almas. Este mirador se ha convertido en una especie de hogar del peregrino, proliferando instalaciones para facilitarles la comodidad y el descanso en su última parada antes de cruzar el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
En la Plaza de las Platerías encontrarás el museo de peregrinación de Santiago de Compostela, así como sobre la ciudad misma. La exposición trata de dar al visitante una visión de la peregrinación como fenómeno antropológico universal, pudiendo rastrear infinidad de referencias culturales desde distintas perspectivas: histórica, artística, arqueológica, antropológica, botánica, médica, literaria, musical… En definitiva, se trata de un museo muy variado en el que disfrutarán todo tipo de visitantes.
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